¡Todo esto, incluyendo [todas] las enseñanzas, son solamente papel higiénico con el que limpiarme el culo!
Linji Yixuan, en La crónica de Linji[1]
Si no te vale con dejarte el culo en el cojín, aquí hay unos textos para saciar tu hambre. Leer es buena cosa, pero ¡cuidado! Si tomas estas palabras como verdad absoluta, la tinta te envenenará y tendrás una muerte lenta y dolorosa. No digas que no te avisé.
Linji, gran maestro Zen de la dinastía Tang china, era famoso por su gran conocimiento de las escrituras budistas. ↩︎